El aumento puntual de trabajo durante los meses de verano impulsa la ampliación de la residencia canina ubicada en una parcela de suelo rústico en las afueras de Zaragoza.
Con criterio de implantar un funcionamiento coherente con las preexistencias de la parcela, tanto de tipo residencial como agrario, se convierte el recinto en un forma global en planta en C alrededor del patio de recreo compartido.
Se concibe un volumen sencillo, durable y limpio con el fin de satisfacer las exigencias de la normativa zoológica y garantizar el bienestar de los animales.